No hay nada en el mundo que no tenga en sí una cadena de reacciones. La vida misma se forma de un conjunto de filamentos, unos más visibles que otros, que se van acumulando para dar paso a los grandes cambios de la vida. Esto no es una visión metafísica para explicar los procesos sociales, políticos o económicos. Se trata del método científico del materialismo dialéctico, que explica las leyes del movimiento de la materia.
En las últimas semanas de junio se han dado una serie de protestas en Los Ángeles, California y en otras ciudades de EEUU, a partir de la intensificación de redadas por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), brazo represivo del gobierno estadounidense para detener y expulsar al sector inmigrante de la clase trabajadora del país. Miles de personas se han manifestado a lo ancho del país norteamericano, en algunos casos con enfrentamientos abiertos con la policía.
Protestas en Estados Unidos
A partir de las operaciones del 6 de junio, donde agentes del ICE detuvieron a cientos de personas, se dieron movilizaciones y protestas importantes por parte de la clase trabajadora inmigrante en contra de las detenciones. Que el epicentro de las manifestaciones haya sido California refleja el papel que juega este sector en la población del estado, pues residen 10.6 millones de inmigrantes, lo que representa 22% de la población de nacidos en el extranjero en todo el país; además, sólo en Los Ángeles se encuentra el 14% de la población mexicana en EEUU, esto sin mencionar otras nacionalidades.
En los días posteriores, las protestas se intensificaron en otras partes de California, además de movilizaciones en Nueva York, Washington, Filadelfia y San Antonio, Texas. Sin duda, el reflejo más importante de la movilización en contra de las medidas de la administración de Trump se dio el 14 de junio donde más de 2,000 manifestaciones “No Kings” convocaron a decenas de miles de personas en EEUU. Algo está claro: Los aires revolucionarios empiezan a circular entre algunos sectores de la clase trabajadora del país vecino.
Hasta la fecha, Trump ha movilizado a 4,100 efectivos de la Guardia Nacional y alrededor de 700 marines en Los Ángeles. Las protestas han derivado en enfrentamientos con la policía que ha dejado un saldo de 222 mexicanos detenidos desde su inicio.
¿De qué lado se posiciona realmente el Estado mexicano?
El Estado mexicano ha dado respuesta en las últimas semanas a la cuestión de las protestas, sobre todo después de que Kristi Noem, la Secretaria de Seguridad Nacional de EEUU, ha acusado directamente a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de alentar las protestas.
Sheinbaum ha desmentido las acusaciones de Noem. Se ha posicionado en contra de la falta de mecanismos adecuados en las detenciones de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, asegurando que estos únicamente trabajan honestamente en el país. En eso estamos de acuerdo, los trabajadores mexicanos e inmigrantes en EEUU representan un sector económico importante en el trabajo productivo del país vecino, sobre todo en mano de obra para infraestructura y agroindustrias.
Pero por otro lado, Sheinbaum ha dicho que: “No estamos de acuerdo con las acciones violentas como forma de protesta. La quema de patrullas parece más un acto de provocación que de resistencia. Debe quedar claro: condenamos la violencia, venga de donde venga”.
Aquí los comunistas decimos que, ante tal afirmación, debemos ver más allá de la epidermis de los hechos. Disfrazado de un discurso que aboga por la paz, en realidad, se trata de un llamado para desmovilizar el ánimo de lucha de los trabajadores. No solo refleja la tibieza del reformismo, sino directamente estar en favor de las medidas reaccionarias de la administración estadounidense en la cuestión migratoria. Los elementos en el poder que conforman el aparato de Estado reformista mexicano ceden ante la presión del gran capital, nacional y extranjero. Sheinbaum ha cedido a cada una de las presiones de Trump para mantener contenta a la burguesía extranjera.
La respuesta del Estado mexicano ha sido la de presentar al gobierno estadounidense los avances de la estrategia para regular los flujos migratorios en la frontera Norte y en el combate a los carteles de la droga (lo cual iba a suceder en el evento del G7, pero Trump tuvo que regresar a su país para atender el estúpido conflicto actual en el que se ha metido con Irán).
Internacionalismo proletario
Frente a los ataques a la clase trabajadora de México, Estados Unidos y el mundo, nosotros decimos: No a la pacificación de la lucha de clases porque eso solo representa ponerse del lado de la burguesía al poder. Sí al llamado por organizar la rabia del proletariado inmigrante a través de métodos correctos y tácticas de lucha obrera capaces de asestar un golpe en seco a la burguesía del país.
En las últimas protestas, se han levantado, no solo la bandera de México, sino de varios países. En el día de movilización No Kings también se observó la unidad de distintos sectores nacionales en la lucha contra Trump. Esto es correcto, las banderas deben de unirse en un programa concreto que abogue por la lucha de clases y el internacionalismo proletario en la defensa de los compañeros inmigrantes trabajadores y contra las medidas reaccionarias, como las redadas de ICE, que solo afectan a la clase trabajadora, así como las medidas imperialistas de Trump en Medio Oriente. Esta lucha corresponde a toda la clase trabajadora en su conjunto, pues como mencionan Engels y Marx en El Manifiesto Comunista, los obreros no tenemos patria.
Por su parte, el Estado mexicano ha demostrado los límites de la diplomacia burguesa y que, en realidad, su política migratoria terminará cediendo ante las necesidades del imperialismo estadounidense. Las tesis de la revolución permanente de Trotski señalan que para resolver las tareas democráticas de un país excolonial o dependiente del imperialismo, estas no pueden recaer en la burguesía nacional para asumir un papel progresista. Los discursos nacionalistas de Sheinbaum frente a los embates de Trump, más temprano que tarde, se encontrarán con las contradicciones de su política, cediendo al final a las presiones del imperialismo.
Los trabajadores en EEUU en la lucha contra las políticas anti-inmigrantes, han dejado en claro que no pueden confiar en ninguno de los dos partidos de la burguesía. Pero se debe adquirir una mayor unidad y fuerza, pues queda claro que, en ambos lados de la frontera, los trabajadores sólo pueden confiar en sus propias fuerzas. Le corresponde a la clase obrera tomar el poder para acabar con las contradicciones del sistema capitalista.
Solo un programa comunista que abogue por el internacionalismo proletario hará frente contra los ataques constantes a los inmigrantes del mundo que buscan simplemente mejorar sus condiciones de vida frente a la barbarie capitalista. La eliminación de fronteras artificiales y la socialización planificada de los medios de producción controlados democráticamente por la clase trabajadora realmente superarán las condiciones de vida actuales. Esto solo significa luchar por el socialismo en México, Estados Unidos y el planeta entero.
¡Contra la criminalización de los trabajadores inmigrantes en Estados Unidos!
¡No guerras burguesas, sino lucha de clases!
¡Trabajadores del mundo, unidos!
- Recuperdado de: https://marxismo.mx/estado-mexicano-la-cuestion-migratoria-en-eeuu-y-el-reformismo/
- Recuperado de: https://expansion.mx/mundo/2025/06/10/california-un-estado-con-mas-de-un-cuarto-de-poblacion-migrante
- Recuperado de: https://cnnespanol.cnn.com/eeuu/live-news/protestas-no-kings-trump-en-vivo-ultima-hora-marchas-reacciones-orix
- Recuperado de: https://elpais.com/mexico/2025-06-10/la-secretaria-de-seguridad-de-estados-unidos-acusa-a-sheinbaum-de-alentar-las-protestas-en-los-angeles.html