Este año será de intensa lucha de clases en México, sobre todo de parte de los trabajadores del Estado. Los salvajes recortes a los presupuestos estatales significan una receta acabada para miles de despidos, profundización de la precariedad laboral y destrucción de los Contratos Colectivos de Trabajo (CCTs), de hecho esto –que ha sido una política de la burguesía y su Estado durante las últimas décadas- ya está sucediendo. Pero esto es, también, una receta acabada para próximas explosiones en el sector sindical. Los trabajadores debemos tomar medidas.
En dos años, el gobierno de Peña Nieto había avanzado a pasos agigantados en reformas por mucho tiempo soñadas por la gran burguesía. Parecía un gobierno imparable al que el movimiento de los trabajadores no podía hacer frente de manera seria. Pero décadas de ataques y luchas han llevado a que de manera subterránea se vaya desarrollando un gran cuestionamiento al sistema y al régimen que lo sustenta, un sentimiento de que las cosas no van bien y que hay que actuar para que cambiar de raíz al sistema se apodera de la sociedad. Un ejemplo, son los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, que emprendieron una huelga de 76 días para luchar por su futuro, por educación de mayor calidad y democrática. Casi al mismo momento que 44 escuelas del IPN entraban a un paro generalizado los acontecimientos en Ayotzinapa, donde fueron asesinados 3 estudiantes y desaparecidos 43 más, han sacudido al país entero y pusieron los ojos del mundo en México.
Muchos de nosotros hemos escuchado en spots y discursos de los políticos fanfarrones de la burguesía (que no son más que títeres, en nuestro país tenemos el gran ejemplo con EPN) como alardean que la juventud es el futuro y motor de sus respectivos países, siendo este un discurso vacío y una ilusión de los millones de jóvenes que formamos este país donde no hay una justa igualdad de oportunidades para tener una mejor calidad de vida.
Esquerda Marxista (sección brasileña de la CMI - www.marxismo.org.br)
Las manifestaciones que tuvieron lugar en los días 13 y 15 de marzo son otra característica de la profundización de la nueva situación política abierta en junio de 2013. La presente declaración es un análisis marxista de estos dos eventos, contextualizándolos en la actual situación objetiva de la lucha de clases, señalando las perspectivas y a las acciones necesarias para abrir una salida de la clase trabajadora frente la actual crisis del capital y la quiebra política del PT y de su gobierno de colaboración de clases.
La crisis del capitalismo ha tenido efectos en todos los sectores industriales. Esta crisis se refleja día a día en la clase trabajadora. Uno de los sectores industriales más golpeado por la crisis del capitalismo ha sido la industria Textil, la cual desde el año 2008 tuvo pérdidas de 900 millones de dólares y para el año 2009 fue de 8 mil millones de dólares. Esto representó una reducción del 8% al PIB, con esto perdiéndose 80 mil plazas laborables a nivel mundial.
El PSOE ganó las elecciones al Parlamento de Andalucía, pero retrocedió 4 puntos y perdió más de 100.000 votos con respecto a las elecciones autonómicas de 2012. Su victoria, con una mayoría simple, destacó más por el hundimiento del voto del PP que por el caudal de votos conseguido. El PP pierde medio millón de votos y pasa del 40,6% al 26,7%. El voto del PSOE baja desde el 39,6% de 2012 hasta el 35,4%, el peor resultado conseguido por PSOE en unas elecciones en Andalucía. El voto conjunto PSOE-PP bajó 18 puntos (del 80% al 62%).
Este 24 de marzo se cumplen 39 años del último golpe cívico-militar-clerical que sufrimos los trabajadores en la Argentina. Mediante la aniquilación de la resistencia popular y con la imposición del terrorismo de Estado los militares establecieron un nuevo esquema económico basado en el endeudamiento, la concentración de la riqueza, la extranjerización, la desigualdad, el desempleo, la precariedad, bajos salarios y sumisión al imperialismo que aumentaría en forma astronómica las ganancias del empresariado y cuyas consecuencias, a pesar de todo lo avanzado, padecemos hoy día.
El gobierno de Peña Nieto, que parecía implacable con su avance en el programa de la gran burguesía aprobando una contrareforma tras otra, se sintió en una cuerda floja en medio de un precipicio cuando se enfrentó con el ascenso del inspirador movimiento de masas que vivimos los últimos meses del 2014. Idelfonso Guajardo, el Secretario de Economía, lo describió así: “Íbamos muy bien y en septiembre nos despertaron con un elemento que en el sistema de planeación no estaba al cien por ciento conceptualizado. Ese elemento no es una novedad, es un recordatorio que este país ha tenido un crecimiento desigual, que no es la primera vez que se apunta desde el punto de vista de analistas económicos, de la naturaleza de dos Méxicos”