La celebración de los referéndums en el este de Ucrania representa un giro nuevo y potencialmente peligroso en la crisis ucraniana. Los representantes populares de las regiones de Donetsk y Lugansk dicen que el 89% y el 96%, respectivamente, votó a favor del autogobierno.
En un raro momento de sinceridad, ayer [30 de abril], el presidente en funciones de Ucrania Turchynov admitió que sus fuerzas eran "impotentes" para sofocar los disturbios en el este de Ucrania, conforme se incrementa la insurgencia pro-rusa. Por otra parte, admitió que las fuerzas de seguridad de Ucrania no eran fiables y "algunas de estas unidades ayudan o cooperan con grupos terroristas." Ahora, el objetivo sería evitar que la insurgencia pro-rusa se propague a las regiones de Jarkiv y Odesa. Esto equivale a una declaración de derrota.
El presidente ucraniano Oleksandr Turchynov declaró ayer en un discurso televisado en vivo que pondrá en marcha una operación militar a gran escala para recuperar el control sobre el este de Ucrania. Tanto si se trata de un farol o de una amenaza real, aún está por verse que el gobierno ucraniano tenga la voluntad y los medios para hacer cumplir su amenaza. Pero hoy, el mismo Turchynov ha declarado que el gobierno de Kiev no está en contra de la celebración de un referéndum en el este de Ucrania y establece una fecha para el 25 de mayo. Mientras tanto, en Kiev se habla de solicitar fuerzas de paz a la ONU. Todo esto muestra el lío insoluble en el que se han metido las autoridades ucranianas.
El 18 de marzo, frente a la Duma de Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin pronunció un discurso desafiante anunciando la anexión de Crimea, después de que un referéndum hubiera confirmado el domingo pasado que la gran mayoría de la población de Crimea se mostraba a favor de incorporarse a la Federación rusa. Inmediatamente después de su discurso, las autoridades de Crimea firmaron un tratado que ponía en práctica esa decisión, que estaba en proceso de ratificación por el Parlamento de Rusia, en el momento de escribir este artículo.
Conforme Ucrania se desliza más profundamente hacia el caos, el sonido de los tambores de guerra se hace oír cada vez más fuerte. El sábado, el presidente Vladimir Putin se aseguró la autoridad del parlamento para enviar el ejército ruso, y no sólo a Crimea, sino también a la propia Ucrania.
Los dramáticos acontecimientos de Ucrania han conducido a la caída de Yanukovich. Pero, en realidad, este no es el final del drama, sino únicamente el posible final de su segundo acto. En el momento de la verdad, nadie estuvo dispuesto a arriesgar sus vidas para defender un régimen que estaba completamente podrido hasta la raíz, hasta el punto que un empujón enérgico fue suficiente para llevarlo a estrellarse contra el suelo. El poder cayó en manos de la oposición como una manzana demasiado madura que cae de un árbol. La pregunta es: ¿qué van a hacer con él?