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Un régimen burgués en crisis
70 años de gobiernos priístas, 12 años de panistas, no han pasado de balde, México transitó de un régimen autoritario a una democracia un poco más formal se ha querido modular desde las altas esferas del poder de modo que no genere peligros para el régimen establecido.
Engels afirma en el “El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”: “El Estado no es, en modo alguno, un poder impuesto desde fuera a la sociedad; ni es tampoco ‘la realidad de la idea moral’, ‘la imagen y la realidad de la razón’, como afirma Hegel. El Estado es, más bien, un producto de la sociedad al llegar a una determinada fase de desarrollo; es la confesión de que esta sociedad se ha enredado con sigo misma en una contradicción insoluble, se ha dividido en antagonismos irreconciliables, que ella es impotente para conjurar. Y para que estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna, no se devoren a sí mismas y no devoren a la sociedad en una lucha estéril, para eso hizo se necesario un Poder situado, aparentemente, por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el conflicto, a mantenerlo dentro de los límites del ‘orden’. Y este Poder, que brota de la sociedad, pero que se coloca por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella, es el Estado” (C. Marx, F Engels, Obras escogidas, Editorial Progreso pág. 606).
Lenin cita en El Estado y la Revolución: “En la república democrática -- prosigue Engels -- “la riqueza ejerce su poder indirectamente, pero de un modo tanto más seguro”, y lo ejerce, en primer lugar, mediante la “corrupción directa de los funcionarios” (Norteamérica), y, en segundo lugar, mediante la “alianza del gobierno con la Bolsa” (Francia y Norteamérica). En la actualidad, el imperialismo y la dominación de los Bancos han “desarrollado”, hasta convertirlos en un arte extraordinario, estos dos métodos adecuados para defender y llevar a la práctica la omnipotencia de la riqueza en las repúblicas democráticas, sean cuales fueren”. (http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/estyrev/hoja2.htm)
En general el estado capitalista surgió como un organismo democrático sólo para los propios capitalistas, de hecho la lucha por el sufragio universal costó sangre sudor y lagrimas a las clases explotadas y los burgueses cedieron en la medida de que no tenían otra opción.
La democracia burguesa basada en el sufragio universal obligó a los burgueses a fortalecer sus mecanismos de consenso respecto de los abiertamente represivos. El poder del dinero también se expresa en la difusión de una ideología que permea toda la sociedad, que justifica el orden de cosas. La política, entendida como el juego entre personas y grupos por ejercer el poder, es, para el régimen capitalista, un asunto de quienes tienen dinero y relaciones para jugarlo. Pero todo esta condicionado a que las clases explotadas acepten estas reglas del juego. De hecho si un obrero o un campesino acceden al juego de la democracia burguesa deben, por un lado aceptar sus reglas y por otro perder su condición proletaria, por la vía de millonarios sueldos y privilegios de todo tipo. Así pues el régimen construye sus cómplices y luego los pone a competir para ver quién es el más apto para cumplir con las prioridades de las clases poseedoras.
Consenso e ideología en la encrucijada
Todo esto estaría condenado a funcionar así hasta el fin de los tiempos, de hecho parte de la ideología burguesa es el pregón de que con el capitalismo se termina la historia. No obstante hay un pequeño problema, cada cierto tiempo el desarrollo mismos de la sociedad capitalista va generando una sociedad cada vez más diversa pero al mismo tiempo con intereses más separados de los de la burguesía. Intereses que se hacen abiertamente más hostiles cuando estallan las crisis.
Por supuesto, no es un proceso mecánico, se acumulan uno tras otro agravio, una tras otra humillación, una mentira se acumula a otra en la memoria colectiva. Para los explotados hay que apretarse el cinturón cuando llega la crisis para rescatar a la “patria” y hay que seguírselo apretando en los auges “para no poner en peligro el crecimiento”.
Todo lo anterior pude ser aceptable mientras en el plano general el sistema ofrezca alternativas aunque sean individuales, pero cuando la sucesión de sacrificios y humillaciones se combinan con la opulencia y cinismo de la burguesía se sientan las condiciones para un estallido.
Las formas de lucha de los trabajadores varían en función de sus necesidades mismas de sobrevivencia, desde las puramente materiales y económicas como la sindical, estudiantil, campesina, urbana, etc., hasta las abiertamente políticas. Toda la historia de México desde su independencia ha sido una sucesión de estructuras de dominación burguesa frente a formas de organización y lucha de los explotados, así se ha configurado el escenario de lucha de clases que vivimos hoy.
La dominación priísta tradicional entró en crisis terminal luego del fraude del 88 del cual a duras penas sobrevivió. Frente al ocaso del régimen cada vez menos capaz de mantener el consenso se desarrollaron nuevas formas de organización que se fueron fraguando, completando y reagrupando a los largo de casi dos décadas.
Para los años cercanos al 2006 el movimiento de las masas nuevamente levantó cabeza, de forma multiforme se dieron feroces batallas que obligaron a los burgueses a mostrar un frente común.
Tal vez una de las claves de la consolidación del fraude en el 2006 fue que las rupturas interburguesas no se hicieron presentes y en general todas dieron la batalla por sostener el endeble régimen de Calderón.
Por su parte las masas no sólo no se dispersaron como en el 88 sino que se reagruparon, no sin serias dificultades y más gracias a la iniciativa de las bases que al desconcierto de sus dirigentes.
Divisiones en las esferas del poder
Pero llegamos otra vez al 2012, todas las organizaciones de izquierda serias han pasado la experiencia de enfrentar divididos al estado los últimos años, las masas que fueron derrotadas en el pasado pero no aplastadas también sacaron conclusiones. Las fuerzas básicas de la lucha contra el fraude del 2006 son más fuertes y cohesionadas que en aquel entonces.
Al mismo tiempo pese a su comunidad de intereses la incertidumbre en el futuro ha llevado a diversos sectores de la burguesía a dividirse seriamente respecto de sus opciones presidenciales y los métodos para llevarlas a cabo. A diferencia del 2006 en esta ocasión no han podido hacer un frente común y es difícil que se pongan de acuerdo, ello ya abre un espacio para que una “casualidad” sea la chispa que incendie la pradera.
Juventud: futuro incierto
En este caso han sido lo jóvenes quienes se han encargado de hacer estallar el polvorín. Catorce millones de jóvenes votarán por primera vez este 1 de julio y a diferencia de otras épocas son la segunda generación de crisis casi permanentes. Ya sus padres tuvieron un destino peor que el de sus abuelos y el escenario en México y el mundo no les indica que a ellos les irá mejor.
Según cifras de la OCDE (Organización para la Cooperación, el Desarrollo y el Comercio) son 8 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan. Esto no lo reconoce la Secretaria del Trabajo pero si acepta que el 56% de la población desocupada es joven.
De entre los que trabajan el 56.7% no tenia acceso a servicios de salud y el 87% percibe menos de 8 mil pesos. De hecho de cada 5 jóvenes 4 viven en condiciones de pobreza (La Jornada, 5 de junio de 2012).
Todas las llamadas “reformas estructurales” apuntan a fortalecer ese estado de desesperanza, el cual ya se ha mostrado de forma explosiva en la universidades publicas, de hecho en la UNAM es inimaginable que un presidente o un candidato de la derecha haga acto de presencia en alguno de sus principales campus, en el IPN de hecho desde 1993, el presidente tiene que “inaugurar” cursos y repartir preseas en “Los Pinos”, debido a que esa vez que se atrevió un presidente a meterse a una instalación con estudiantes tuvo que retirarse en helicóptero. Más recientemente Fox piso las instalaciones en 2005 y tuve que salir ante las protestas de mil estudiantes y trabajadores.
Otro tanto sucede en las principales universidades públicas de provincia, no obstante en las escuelas privadas la situación parecía estar controlada.
Una chispa incendia la pradera
Así llega el 11 de mayo y Peña Nieto decide realizar un acto de campaña en la Universidad Iberoamericana, por supuesto asegurándose de que los estudiantes estuvieran lo más alejados posibles de él. De hecho la mayor parte del conflicto se suscitó ante la indagación provocada por la prepotencia de todo el aparato que rodeaba a Peña Nieto. Muchos hijos de la burguesía y estudiantes de clase media se sentían ofendidos, el trato de simples acarreados que se les pretendía dar y expresaron su indignación como un repudio abierto a Peña. Es muy seguro que entre los jóvenes que protagonizaron esa primera jornada hubiese algunos seguidores de la candidata del PAN y alguno del propio EPN, pero cuando se les trata cómo casi delincuentes y se intenta una campaña de linchamiento se ven en la necesidad de responder con indignación.
Los días siguientes crece la indignación ante los ataques de la cúpula priísta y del PVEM y el ninguneo de televisa.
Para el 18 se da la primera movilización a Televisa, si nos damos cuenta se trata de algunos cientos de jóvenes de las propias universidades privadas indignados más del maltrato que les da televisa que repudiando particularmente a Peña Nieto o a Josefina Vázquez Mota.
En realidad no es trascendente la cantidad de universitarios de la Ibero, del Tec o del ITAM, sino que la reacción provocó una avalancha de movilizaciones entre los sectores mayoritarios de la juventud, en suma surgió la necesidad de seguir ese ejemplo, cada quién por sus propias consignas.
El día 19 se movilizan tal vez 50 mil personas, en su mayoría jóvenes y trabajajadores, en contra de Peña Nieto, con lo que se inicia una verdadera movilización nacional en contra de su candidatura. Para el 20 el zócalo se llena por primera vez sin la presencia de Andrés Manuel López Obrador, en un mitin abiertamente a su favor, tal vez más de 100 mil personas convocadas casi espontáneamente.
Ni la marcha del 19 ni el mitin del 20 tenían que ver con el movimiento “#YoSoy132”, de hecho unos días después se deslindan. Los medios, particularmente Televisa, asi como los priístas y panistas no dejan pasar ese detalle e inmediatamente comienza el coro burgués “el movimiento #YoSoy132” esta muy bien, pero debe mantener su pureza y no partidizarse”
Para el lunes 21, también con una convocatoria de boca en boca y la participación activa de las organizaciones obradoristas en las universidades se llena la plaza de las tres culturas, prácticamente no cabía un alma, se trataba de un mitín con AMLO y era evidente que los jóvenes conformaban el 95% de los 20 o 30 mil asistentes.
Los estudiantes de la Ibero no son en su totalidad pro AMLO pero detonaron una movilización nacional que tiene por un lado el repudio a Enrique Peña Nieto y por el otro fortalecieron el apoyo masivo hacia AMLO que ya se había puesto en evidencia en las encuestas dentro de las universidades.
Como se puede observar una cosa es el movimiento “#YoSoy132“ y otra cosa es el movimiento juvenil que se ha desatado cuyo principal punto aglutinador ha sido la candidatura de AMLO.
El primer acto masivo convocado por el “#YoSoy132” fue la concentración en la Estela de Luz el día miércoles 23 de mayo, el cual movilizó a decenas de miles porque los estudiantes de las escuelas públicas lo hicieron suyo. En él, pese a la reticencia de los organizadores de la Ibero, se hicieron evidentes las muestras de repudio en contra de Peña Nieto, contra el PAN y el masivo apoyo hacia López Obrador.
En suma el movimiento juvenil es mucho más grande y amplio que los horizontes de aquellos que lo convocaron inicialmente y ello se ha hecho evidente a la hora de darle una cauce organizativo: las reuniones en Tlatelolco y Ciudad universitaria tratando de crear una coordinación no han sido capaces de establece una política coherente al margen de los lugares comunes del cuestionamiento a los medios y de las criticas a la candidatura de Peña Nieto.
Como sea las dimensiones del movimiento son de una profundidad inmensa, tan sólo el día 10 de junio, quizá más de 100 mil personas marcharon del Zócalo al monumento del Ángel de la Independencia, con las mismas características de las movilizaciones que ya hemos señalado: “anti Peña, pro AMLO”, elementos que los originales impulsores y supuestos “voceros” del movimiento no asumen cómodamente.
Como sea la oleada se generaliza, en escuelas, mercados, la gente común, trabajadores, amas de casa, discuten y dan la razón a los estudiantes. Cientos, quizá miles de personas improvisan carteles anti Peña e incluso sabotean su propaganda impresa como nunca se ha visto.
Ese mismo 10 de junio hubo movilizaciones en veinte ciudades de la republica mexicana y en todos los casos el tono es el mismo.
Las masas tal vez no sepan exactamente lo que quieren, hay mucha dispersión en ese sentido, pero la gran mayoría esta clara de lo que no quiere: La continuación de la política que representan el PAN y especialmente el PRI.
La lucha no terminará el 1° de julio
Poco a poco la rebelión se deberá extender a otros sectores, no sabemos si habrá tiempo para impedir el fraude que ya prepara la oligarquía a favor del PRI y con la anuencia del PAN. Lo que si está claro es que cientos de miles de trabajadores y jóvenes se han volcado a las calles para tratar de impedirlo a como de lugar.
El proceso no será detenido tan fácilmente, incluso si la burguesía logra imponer temporalmente a su títere se enfrentará a un movimiento masivo de repudio sin precedentes en la historia del país.
No obstante la moneda sigue en el aire. Las masas se han lanzado a la lucha y poco importa si el propósito original de la protesta tuvo tal o cual origen, lo importante es que conforme pasa el tiempo la lucha ha adquirido un carácter político plenamente coincidente con los intereses de los trabajadores.
Nosotros los socialistas lucharemos por la confluencia del movimiento juvenil con el movimiento obrero, plantamos que el Morena, particularmente el Morenaje tendrían que discutir una política consciente para brindar una alternativa organizativa y de lucha a la nueva generación que se lanza a las calles.
Al mismo tiempo creemos que el movimiento que ya abarca a millones tendría que luchar, manteniendo independencia y capacidad critica, por llevar al gobierno a Andrés Manuel López Obrador al mismo tiempo que debe plantear que sólo con la realización de un programa anticapitalista, es decir socialista, es posible avanzar en la solución real de los problemas de los trabajadores y podría sentar las bases para un autentico futuro para la juventud.
La burguesía requiere consenso y legitimidad para sostenerse como clase dominante, gracias a la lucha de los jóvenes y a la existencia de organizaciones como el morena en este 2012 tampoco las tendrá, su régimen subiste en base a una precario equilibro, cada vez más erosionado. Nuestra tarea en el futuro será seguir dando la lucha para que ese régimen de violencia y miseria termine lo más pronto posible.
Viva la lucha de los jóvenes
En 2012 juventud y revolución es la clave