Hace 25 años fuimos testigos del colapso del bloque del Este y la Unión Soviética, la eliminación del último bastión de octubre de 1917: la relación de propiedad socialista. Este colapso asestó un duro golpe para el movimiento revolucionario y abrió el camino para una ofensiva ideológica sin precedentes contra las ideas del marxismo. En medio de este ambiente de semi-reacción, la IMT y los compañeros de la IMT en México, publicaron el primer número de su periódico. A través de la noche más oscura del siglo, nosotros, los verdaderos herederos del bolchevismo, hemos mantenido la vela encendida. A través de las páginas del primer número de su periódico, ustedes han mantenido limpia y agitado en lo alto la bandera del marxismo.

Desde Suecia les mandamos un gran saludo revolucionario por razón de su 25 aniversario. Sin duda, han sido 25 años de lucha dura y honrosa, pero estamos convencidos de que la Sección Mexicana esta preparada para mucho mas.

Los finales del último año y el inicio de este 25º año de existencia de la CMI en México han sido un período de clarificación y aprendizaje tanto para las masas mexicanas como para el pueblo trabajador de EEUU y a nivel mundial. La verdadera cara del capitalismo y del estado mexicano se ha mostrado al mundo entero, tanto como el descontento y la energía revolucionaria del proletariado y la juventud, es decir las caras de la venidera revolución socialista mexicana.

La crisis griega se está acercando a un desenlace. Esto marca un punto de inflexión para la clase obrera de Grecia y del conjunto de Europa. En enero pasado Grecia votó por un gobierno que prometió acabar con las políticas de austeridad que han arruinado el país. La elección de Syriza dio esperanza a mucha gente en toda Europa. Pero precisamente, por esta razón, los dirigentes políticos de Bruselas y Berlín decidieron aplastar al nuevo gobierno, humillarlo, sabotearlo y finalmente tratar de derribarlo.

Conforme se acerca el referéndum, la polarización política de Grecia está alcanzando niveles sin precedentes. Los acontecimientos de las últimas 48 horas han sacado a relucir la farsa que es la democracia burguesa, con las negativas de la troika a aceptar la voluntad del gobierno griego de hacer concesiones y exige la caída de Tsipras. La conclusión de todo esto es inequívoca: no hay salida a la austeridad dentro de los márgenes del capitalismo, e incluso menos dentro de la camisa de fuerza que es la zona euro capitalista dominada por Alemania.