Despues de la fracasada tentativa de golpe en Venezuela en el 2002 y las acciones de las bandas fascistas para desestabilizar al gobierno de Evo Morales en el 2008, despues del golpe realizado en Honduras en el 2009 y la también fracasada tentativa en el Ecuador en el 2010. Ahora, nuevamente, un gobierno electo por la voluntad popular es depuesto en America Latina atendiendo los deseos golpistas de la burguesía nacional e internacional.
Como acto final de una farsa, Fernando Lugo ha sido destituido de su cargo de Presidente constitucional de Paraguay, al que fue electo con asombrosa mayoría popular en 2008, tras 61 años ininterrumpidos de gobierno y dictadura del Partido Colorado. El golpe parlamentario representa la reacción a un proceso que entre miles contradicciones abría espacios de participación popular en un país dominado por terratenientes y multinacionales. Esta participación debe ahora convertirse en movilización plena para defender y ensanchar este proceso.
En toda América Latina (AL) no existe un régimen estable. La oleada revolucionaria ha llegado a todos los rincones de cada uno de los países que han girado de manera determinante hacia la izquierda terminando con décadas de gobierno de los partidos de la burguesía.
Crecimiento sólo para la burguesía y crisis para los trabajadores
Resulta interesante observar como, pese al carácter convulsivo de los acontecimientos políticos y sociales de América latina, su crecimiento económico continúa siendo relativamente grande, un 5%, lo que se significa que ha mantenido ese ritmo al menos durante los últimos 6 años. El más reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo señala que América Latina y el Caribe crecerán entre 4 y 4.5% en 2008, cifra inferior a la de 2007; no obstante, es superior al promedio mundial.